Me sumergí en un
letargo mental
supuse imposible tu presencia
eras una nube de polvo brillante
que, bañaba mi cuerpo cada noche
eras esencia mas no potencia,
llegue a autosatisfacerme con tu sonido
y al abrir mis ojos, me dí
que todo se había sido una invención de mi mente
un espejismo brutal,
un carnaval pintoresco salvaje,
polvo de ceniza arrojada al viento,
estrellas, nubes, ideas.
Presa de una locura enfermiza
o una enfermedad sideral,
un ciclo odioso perturbador,
un golpe sordo en mi mente,
un desastre total
o quizá una suerte imperdible
y me enredé.
No sé si gané o perdí
porque he luchado
contra espacio, tiempo, cielo, personas
y una gran nube negra que me persigue
pero que no es más fuerte que yo
nada es más fuerte que yo
ni una tempestad impetuosa,
ni una montaña de gentes,
ni millones de letras apiñadas dirigidas hacia mí.
Solamente la fuerza divina
que ha guiado mis pasos, mi cuerpo
y me ha traído esta noche
para aterrizar a la banca de esta capilla.
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