jueves, 27 de febrero de 2020

Un canto solitario




En la iniciada penumbra de la noche se observa una silueta
Es un ave que a lo lejos emite un canto
Y mientras yo lo observo, procedo a capturar esa imagen
Una imagen tan triste, tan lóbrega, tan amarga y a la vez, tan dulce:

Es triste porque ese pequeño ser del cual proviene se encuentra solo,
Lejos de su manada quienes volaron lejos de él y rápidamente le olvidaron.

Es lóbrega porque no solamente ese pequeño cantor se encuentra solo
Sino que yo también lo estoy y me siento identificado en él
Por consiguiente guardo su imagen en mi memoria a fin de no poder olvidarlo.

Es amarga porque  la negra penumbra que lo envuelve
no tiene oídos para escuchar su alabanza
y yo me encuentro tan lejos que tampoco puedo oírla
y deleitarme con sus pequeñas notas.

Es dulce porque en medio de todas las circunstancias que la encierran
Trae consigo un alivio a mi alma agotada de tantos sinsabores.

Y de repente…

El pequeño cantor terminó su trino y se elevó en lo negro del cielo
Hasta desaparecer de mi vista llevándose en su vuelo los últimos segundos de este día
Y el calor agolpado de los techos, de las casas, de la tierra y de mis sienes.


1 comentario:

  1. Hermoso poema. Yo también he visto un ave solitaria en la tarde. Quizás era la misma.

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