a los señores R y J.
¡El perfume de una blanca flor
inunda el jardín a determinada
hora de la noche¡
-sus ancianos dueños
hicieron saber de entrada
con absoluto derroche-
Ese fin de semana al instalarme
en aquella lejana instancia
el nombre de ella pregunté
-¿Para que saberlo si pronto
podrás percibirlo?-aseguraron
entonces dudé.
Pasadas las ocho de la noche
desplegó aquel olor exquisito.
Era la extraña flor
Un dulzor inaudito
acoplado con débil rocío
invadió el infinito.
Encubierto por arbustos verdosos
el perfume persistió hasta amanecer.
Temprano en su búsqueda acudí ansioso.
Deseé tanto esa flor conocer.
no había nada entre las plantas
¿Como pudo desaparecer?
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