martes, 10 de marzo de 2020



Dame de tu dulce calma consentida mía,
déjame que me abrigue en tu seno
abríme la puerta.

¿Cómo fue posible que la Muerte
se atreviera a meterse en nuestras vidas
y robara tu último suspiro?

¿Cómo pudo hacerlo?
Entrar a mi cuarto sigilosa
y llevarse lo más preciado de mi vida
sin que yo pudiese hacer nada?

¿Cómo pudo pasar? ¿Cómo?
debí haberla echado,
tenía que haberla sacado
Te estaba arrancando de mí

Si hubiese sabido que estaba ahí
y que estabas luchando con ella
te habría defendido
pero no pude hacer nada.
Soy un fracaso.

Ahora no hago más que lamentarme
¡Quisiera tenerte a mi lado!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

33

El sol ahora invade las esquinas. Vamos. Los aleros se acaban. Abundan espejismos Realmente hay ausencia de nubes que vienen hacia nosotros ...