viernes, 14 de octubre de 2022

 

Sentado en el piso de la terminal
Un indigente recolector de latas
Pregunta por la hora
A cuantos pasan cerca
Nadie se digna en responderle
Más bien apuran el paso
De un saco raído entonces
Extrae un trozo de yuca
Cubierto con una hoja de plátano
Lo empieza a morder lentamente
El hambre se le detiene
En medio de las altas temperaturas
Los buses cargados de personas
Arriban
Se alejan
Ninguno lo puede llevar
Adonde el quisiera
No le alcanza el dinero
Para pagar un pasaje a la prosperidad
Resignado se recuesta en su saco
Poco a poco va quedando dormido
Su frente se inunda de sudor. 

Pequeña Oneyda

Amanece Tu cuerpo desplegado yace blanquísimo Sonreís Acerco mi mano a tu piel Solo nosotros conocemos cuanto duele la vida La quietud inmac...